viernes, 29 de enero de 2010

En primera persona, como siempre

A Jacobo, mi único fan

A la luz tenue del desamparo, paseo por los recónditos entresijos de la adolescencia.
La relevancia de los pájaros que vuelan sobre mi cabeza no es en absoluto comparable con las ruinas donde anidan.

- Miro hacia la calle, enciendo un cigarro que posiblemente deje consumir en el cenicero. Exhalo el tedio gris de la nicotina y prosigo.-

Mis méritos son bisutería barata, pequeñas dosis de autocomplacencia, muestra de mi estancamiento.

- Dejo de escribir, sobrevuelo por un instante por las trazas básicas de mi problema, prosigo.-

Debería pensar en las formas, en lo rizomático, o al menos en los ritmos. Pero no, me interesa más la mueca desencajada del anciano que está sentado junto a mi. Me parece más atractivo imaginar qué pasaría si el invierno fuera eterno, si no existiera el suelo que piso o si el sol saliese a mi espalda. Qué ocurriría si no tuviese dudas, si dijese todo lo que pienso o si de verdad el amor fuera matemático.

- Dejo de escribir, necesito asumirlo.-

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