lunes, 21 de diciembre de 2009

Otra vez te vas

A chechu, el ente graciosete que nos alegra y nos gobierna.

Otra vez te vas, atravesarás de nuevo el umbral de la puerta y sentirás el frio e impersonal abrazo de la flema francesa. Pero es aún peor la fragancia de tu ausencia.
Pero es que no te das cuenta que contigo aquí nos sentimos agusto ¡ Tú no tienes vergüenza!

En fín, ya da igual. Supongo que otra vez a fingir sonrisas a carpantas incomprensibles (que no incomprendidos). Quién me devolverá la mirada de estupor con una patata frita en la boca y una albóndiga en el gaznate ¡Odio el picante! Y siento no entender la gastronomía de los pueblos costeros de Madrid ¡Merluza con chorizo!

Sé de sobra que te hubiera gustado rememorar a chechu, una especie de ritual sagrado adorando a un tótem depresor, un vicio caro. Con sus correspondientes cánticos rumberos y oraciones a la chifla absurda. Repetir muletillas manidas y rememorar grandes momentos épicos del sofá amarillo.
Lo hemos intentado pero, yo por mi parte, no lo he conseguido. Supongo que pesaba más la idea de una nueva despedida. Han sido tres días de alivio contra el aburrimiento del sinsabor, pero sólo tres días.

Estoy más que seguro que algún día chechu volverá, será un chechu renovado, internacional y sobre todo, elitista. Pero hasta entonces solo puedo decir, hasta la vista, te echaremos de menos. Gracias por el regalo, por venir. Te queremos.

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